Bellot y Serrano, las dos caras de Workingay, punto de encuentro de emprendedores
By workingay | WorkingayFue en el Orgullo del año pasado cuando Javier Bellot y Pedro Serrano, experto en comunicación el primero y empresario de ocio el segundo, decidieron unir sus fuerzas. De una manera casual y constatados los puntos que tenían en común surgió Workingay, una plataforma pionera en la comunidad LGTBI que, además de ayudar a superar los problemas emocionales y de autoestima, es una asociación orientada al mercado laboral. «Javier y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. Aunque tenemos trayectorias diferentes, él en el mundo de la prensa y yo organizando eventos, llevábamos mucho tiempo formándonos en cuestiones de este tipo. En mi caso, desde 2014, aunque siempre me había interesado todo lo relacionado con el desarrollo personal y emocional», nos cuenta Serrano.
Y ambos tenían muy claro un postulado básico que ayuda a explicar la esencia de esta asociación: «Hacía mucha falta una plataforma para cuidarse por dentro y no por fuera, porque para eso ya existen los gimnasios o los centros de belleza«.
Javier recalca que es trascendental haber pasado por muchas situaciones para dar un valor añadido a Workingay: «Los dos aportamos, además de nuestros contactos, nuestras experiencias. Tenemos un gran bagaje por la gente que hemos conocido en las situaciones más diversas. Algo que nos enriquece. Así que hemos creado este lugar de encuentro para el crecimiento personal y emocional, pero también para empresarios y emprendedores, para hacer networking». Ante la pregunta de si algunos podrían interpretar esta propuesta como un ‘lobby’, asegura que «cada uno ve la vida de una manera, desde sus perspectivas y sus creencias. Muchos pueden verlo así, pero no es nuestra intención».
La necesidad de una plataforma de estas características surge de las propias particularidades del colectivo LGTBI, según Pedro: «Hay un tanto por ciento de características que son comunes a todas las personas: los miedos, los bloqueos, las inseguridades, los sueños, los anhelos… Sin embargo, el colectivo tiene su propio barniz, su propio lenguaje. Desde que somos pequeños surgen problemas específicos para integrarte o te ves obligado en algunos casos a ponerte caretas».
Javier Bellot pone un gran énfasis en el desarrollo profesional de las personas que acudan a Workingay: «Queremos ser el punto de encuentro de empresarios LGTBI con otros que no lo son, o con empresas que se han dado cuenta de la importancia de este colectivo y le están dando una gran prioridad. Nuestra intención es convertirnos en un grupo de referencia que englobe a profesionales de distintos sectores y que ayude a jóvenes emprendedores».
No se olvida tampoco del bienestar emocional de las personas que acudan a la asociación. «Todavía sigue existiendo gente de 38 o 40 años que no ha dicho a sus padres que es gay. Gracias a los talleres se ha podido ayudar a personas en estas circunstancias. Eso sí, no somos psicólogos ni pretendemos sustituir a ninguna ONG y otras asociaciones que están haciendo trabajos maravillosos».
En la era de la economía colaborativa, Javier Bellot destaca que «el arte de compartir requiere una estructura emocional nueva». Al mismo tiempo pone sobre la mesa que «los problemas que tenemos que afrontar ahora son distintos a los de hace 20 años. Ahora la máxima dificultad es sobrevivir y encontrar tu hueco profesional».
Fuente: vanitatis.elconfidencial.com